Hasta luego, querida guardiana de Ereaga,
Aquí, en la arena que nos vio crecer, quiero dejarte unas palabras que nacen del alma, como las olas que besan la playa y que tú siempre supiste proteger con valentía y ternura. Eres Lara Croft en la vida real, una aventurera incansable que, con cada sonrisa y cada gesto, hizo de cada baño en esta playa un refugio seguro y divertido, un rincón donde la alegría y la cuidado se fundían en un solo latido.
Gracias por surfear conmigo esas olas de incertidumbre, por ser faro en momentos difíciles, por vivir cada instante con esa pasión que solo los verdaderos héroes llevan en el pecho. La instalación del cambiador Gaman, un momento histórico para Ereaga
Has dejado una marca imborrable en este rincón de arena y mar, y en mi corazón. No es un adiós, sino un hasta luego, porque sé que en algún lugar, en alguna otra aventura, volveremos a encontrarnos. Hasta entonces, guarda en tu memoria las risas, los momentos compartidos y la certeza de que, gracias a ti, cada baño fue más que un simple baño: fue una experiencia segura, divertida y llena de vida.
Hasta luego, guardiana de Ereaga, luz de la arena,
que en cada ola y en cada brisa tu alma se envena.
Eres Lara en la tierra, aventurera sin igual,
con valentía y ternura, protegiste nuestro litoral.
En la playa que nos vio crecer, dejaste tu huella,
una sonrisa, un gesto, una esperanza que consuela.
Surfear contigo las olas de incertidumbre,
fue un acto de valor, una historia que nunca se olvide.
Faro en la tormenta, en momentos de duda,
tu presencia fue refugio, tu espíritu, la ayuda.
No es un adiós, sino un hasta luego,
porque en cada rincón, en cada juego, en cada ruego,
tu esencia vive, tu huella perdura,
y en nuevas aventuras, volveremos a encontrarnos, con ternura.
Gracias por hacer de cada baño una experiencia segura,
por convertir la playa en un refugio de ternura.
Hasta entonces, guarda en tu memoria la risa,
que en nuestro corazón, tu luz siempre brilla.
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