En el año 2025, me encuentro reflexionando sobre mis propósitos, que se entrelazan con mis experiencias y aspiraciones más profundas. Este año, mi lucha por mis derechos se convierte en un faro que guía cada una de mis acciones. Estoy decidida a empoderarme y a empoderar a quienes me rodean, porque sé que la verdadera fuerza radica en la unión y en la voz colectiva.
La violencia sexual es una de las batallas más urgentes que debemos enfrentar. Me comprometo a dar voz a quienes han sido silenciadas, a crear espacios donde se escuchen sus historias y se validen sus experiencias. Quiero ser parte de un movimiento que no solo denuncia, sino que también transforma. La asistencia personal autogestionada es otro de mis objetivos; deseo que cada persona tenga el control sobre su vida y sus decisiones, sin depender de sistemas que a menudo no comprenden nuestras necesidades.
En este camino, la inclusión es fundamental. Estoy decidida a crear entornos donde todos se sientan bienvenidos y valorados. Junto a mi equipo de Gaman, seguiremos trabajando en diversidad e inclusión, instalando e inaugurando cambiadores que simbolicen un compromiso tangible con la equidad. Cada cambiador que instalamos es un paso hacia un mundo más justo, donde cada cuerpo y cada identidad son respetados.
Y, por supuesto, no puedo olvidar las locuras que viviré con Ainara. Juntas, exploraremos la vida con una pasión desenfrenada, riendo y creando recuerdos que nos fortalezcan. Estas experiencias no solo alimentan mi espíritu, sino que también me recuerdan la importancia de disfrutar el viaje mientras lucho por un futuro mejor.
Así, en 2025, mi propósito es claro: luchar, empoderar, dar voz, crear, incluir y vivir intensamente. Estoy lista para enfrentar los desafíos que se presenten, con la certeza de que cada pequeño paso cuenta en la construcción de un mundo más justo y equitativo"
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