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viernes, 8 de marzo de 2024

8M cuidados

 



Hoy y todos los días levantemos la VOZ contra una de las muchas opresiones... el capacitismo 

Los cuidados de cualquier tipo, hijos o hijas, personas con enfermedades, discapacidades o en situación de dependencia, siempre han recaído y recaen en las mujeres del núcleo familiar. Además, el trabajo de cuidados requiere de una disponibilidad total y suele ser un trabajo no remunerado, por lo que las mujeres reducen su tiempo de ocio, abandonan sus empleos y tienen un mayor riesgo de caer en la pobreza y de tener una mala salud mental y física. 



El machismo no nace, el machismo es para dominar, en toda su extensión, a las mujeres, y por ende debe entenderse como la mayor conculcación a la igualdad detentado en la historia de la humanidad. En este sentido, resulta imprescindible mirar al machismo como paradigma de lo que tenemos que combatir, para entender el capacitismo como un sistema de valores que considera que determinadas características típicas del cuerpo y la mente son fundamentales para vivir una vida que merezca la pena ser vivida, para una existencia en el derecho. 


El pensamiento capacitista considera la experiencia de la discapacidad como una desgracia




Por no hablar de las barreras con las que convivimos y que nos cercenan derechos como el trabajo, la salud, a la cultura o la tutela judicial efectiva; son muros que dificultan nuestra propia socialización, aquella que parte de nuestras preferencias y deseos, como miembros que somos de la comunidad. 


Si la tutela patriarcal ha sido el peor de los males para el desarrollo social e individual de las mujeres, la tutela institucional sigue siendo un dique de contención para que se nos reconozca y en muchos casos para que nosotras mismos nos reconozcamos como personas. Porque en estas políticas, en estas prácticas y en este paisaje cotidiano de discriminación resulta complejo sentirse como tal.

La discriminación es un crimen de poder, al establecerse por esa colectividad “estándar”, “capaz” y “patriarcal” qué espacios o qué derechos se conceden a los que se escapan de este patrón de medida “superior” desde el cual se proyectan y diseñan productos, entornos y servicios para el desenvolvimiento individual y grupal. Porque ha sido y es esa colectividad “perfecta” la que ha decidido si las personas con discapacidad podemos vivir, podemos participar y en definitiva podamos ser en nuestra diversidad.

Para combatir los micromachimos es importante la educación 

https://open.spotify.com/episode/1MzxKpu0LxqcUHIvIkBK6G

GORA BORROKA FEMINISTA

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