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lunes, 6 de febrero de 2023

¿PERSONAS CON DISCAPACIDAD O PERSONAS CON DIVERSIDAD FUNCIONAL? ANTE TODO PERSONAS POR FAVOR! NO ME INFANTILICES

Las palabras crean realidad porque nos formamos ideas en nuestro celebro según las palabras que usamos. 

Desde el sistema capacitista hace años no se le daba tanta importancia al hecho de que las connotaciones asociadas a las palabras se acaban trasladando a las realidades a las que dan nombre. Así, cuando anteriormente se llamaba “inválida” a una persona con discapacidad, de alguna manera se le estaba diciendo justo eso, que no era realmente válida, que era menos que las demás personas. Además, referirnos de esa forma a las personas con algún tipo de disminución implica situar en el centro no la dignidad personal -que siempre debería ser la misma- sino la capacidad: tanto puedes hacer, tanto vales.

Desde un sistema anticapacitista , se pretende dejar de hablar de capacidades y, poniendo a las personas en el centro, pasar a hablar de espacios. Se entiende, pues, que todos somos diversos en cuanto a nuestras funcionalidades, en mayor o menor grado, y que la clave no es la capacidad individual, sino el entorno en el que nos movamos. En un entorno adecuado todos tenemos capacidades similares; así pues, se entiende que debemos trabajar para crear entornos en los que todas las personas puedan desarrollar al máximo su potencial (por ejemplo, adaptando los puestos de trabajo a las personas con diversidad funcional). El principal atractivo de este término es que reivindica el valor de la diversidad humana, no solo a nivel de capacidades, sino también, de forma extensiva, a los niveles cultural, sexual, generacional. Se parte de la base de que la diversidad no supone un problema, sino que enriquece y genera aprendizaje y nuevas oportunidades. 


No nos olvidemos  que:

En la sociedad existen personas con capacidades o funcionalidades diversas o diferentes, pero no quiere decir eso que ni mejores ni peores El problema no está en la diversidad, en la existencia de gente diferente, más bien todo lo contrario: la diversidad enriquece. El problema está en la valoración desigual que se hace de la diferencia, lo cual convierte la diferencia en desigualdad. Por ello, con toda nuestra mejor intención podremos sacar a la luz vocablos nuevos, pero esto de nada vale si no eliminamos de nuestras cabezas la concepción de que quienes tienen diversidadfuncional, al igual que las personas de cualquier otro colectivo excluido o en riesgo de exclusión, son personas de segunda categoría. De nada sirve puesto que, con el tiempo, esos conceptos adquirirán otra vez ese sentido discriminatorio y tendríamos que volver a crear otros."

Este es el trabajo más complejo… cambiar la idea de la sociedad, para que no tengamos que emplear en el futuro ningún término más. Para ello es necesaria la visibilización, la información, la concienciación, el respeto por la diferencia… Porque una sociedad plural y diversa es la sociedad del futuro. Porque somos seres únicos, diferentes, con nuestras potencialidades y nuestras carencias; y debemos ser vistos así, sin ser comparados con el resto. Porque todos somos diferentes

Las personas somos personas ni más ni menos capaces, ni más ni menos válidas, ni más menos productivas. Todos ellos términos muy típicos de un sistema basado en el capital y la producción donde no vale lo que eres sino cuántos beneficios eres capaz de darme.

No es que las personas tengan necesidades especiales en lo referente a movilidad, accesibilidad, etc. La realidad es que hemos hecho un mundo a la medida de hombres adultos y con unas medidas y estado de salud estándar. De esta forma, se deja a fuera a niños, ancianos, personas en sillas de ruedas o muletas, a mancos, a ciegos, a enfermos… No son las personas las que tienen que adaptarse sino que todo debería estar adaptado a la diversidad funcional de todas las personas. Y sí, he dicho «hombre» adulto porque también se excluye a las mujeres.

La discriminación y el tratamiento injusto a las personas con diversidad funcional forma parte de este sistema socioeconómico productivista actual donde el único valor de la persona se mide por su productividad. Es decir, el sistema económico actual está basado en la desigualdad.

Somos personas todos y cada uno con nuestras diferencias, con nuestras particularidades, con nuestra diversidad. De alguna manera, en algún grado, todos somos diversos y nadie tiene la misma capacidad «funcional» de hacer las cosas.

Y, por último, es que dejes de pensar en otras personas cuando escuchas diversidad funcional porque tú, y yo, y toda la gente que quieres, en algún momento de la vida, y por cualquier causa, vamos a formar parte del grupo de personas con alguna limitación importante en alguna función física o psíquica.

Muchas personas siguen utilizando estas palabras porque no quieren perder los privilegios ellas mismas se excluyen Para mi llámame por mi nombre y crea entornos que no discapaciten y nos permitan avanzar por el empoderamiento consciente y real así como por la libertad de elección sobre que vida quiero vivir con los apoyos necesarios.

Como persona etiquetada NO NECESITO TUS PIRULETAS quiero que con los recursos necesarios, todo el mundo podemos   tener igualdad de oportunidades en todas las esferas de la vida 




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