Turismo sin límites

 "abrir los sentidos, encontrarse con otras culturas y también con uno mismo. Pero cuando se vive con una discapacidad —ya sea propia o de un ser querido— viajar puede convertirse en una experiencia muy distinta: llena de obstáculos, limitaciones y, a veces, frustración.

Durante mucho tiempo, el turismo pareció estar reservado solo para algunos. Como si las maravillas del mundo no estuvieran pensadas para todos por igual. Como si la accesibilidad fuera un detalle, y no un derecho. He estado en lugares hermosos… pero sin una rampa, sin un baño adaptado, sin información clara, ese lugar deja de ser acogedor. Porque no se trata solo de llegar, sino de poder estar, permanecer, disfrutar sin barreras.

Y ahí es donde descubrí el verdadero valor del turismo inclusivo. No es una etiqueta. Es una manera de pensar el mundo desde la empatía, desde el respeto, desde la convicción de que todos absolutamente todo merecemos vivir la experiencia del viaje sin sentirnos excluidos.

Parece algo pequeño, pero no lo es. Un baño accesible y bien diseñado marca la diferencia entre sentirte cómodo o sentirte vulnerable. Es libertad. Es dignidad. Es poder planear un viaje sin preocuparte por lo básico. GAMAN no solo instala soluciones; cambia la experiencia de viajar. Te hace sentir que alguien pensó en ti, que tu presencia importa, que no estás de más.

Gracias a su trabajo, hoy hay más espacios turísticos que son realmente accesibles. Y eso no solo beneficia a las personas con discapacidad. Nos enriquece como sociedad.La inclusión no es solo una responsabilidad de gobiernos o grandes instituciones. También es tarea de quienes diseñan espacios, de quienes ofrecen servicios, de quienes soñamos con un mundo más justo. Y GAMAN está ahí, haciéndolo posible, paso a paso, baño a baño.

Viajar sin límites debería ser una posibilidad para todos. Y cada vez que veo un baño adaptado, bien pensado, funcional y digno, no veo solo un objeto. Veo un mensaje claro: “Este lugar también es para ti”.

Gracias, GAMAN, por recordarnos que la verdadera inclusión comienza donde empieza el respeto: en los detalles, en lo concreto, en lo personal